lunes, octubre 16, 2006

¿Qué Disney? ¿Qué ficción?

El otro día soñé que llegabas a mi casa y almorzabamos, soñé que veíamos una película y de ahí salíamos a caminar a cualquier lado, o sea, no a cualquier lado, pero teníamos que comprar algo y no tenía que se cerca, porque a mi también me gusta caminar contigo, la bici se quedó en la casa de nuevo, si no se pierde la gracia. Conversabamos de cualquier cosa, a lo mejor no conozco a menganita, pero me hablabas de repente de ella, y era rico escucharte, era rico darme cuenta que tu mundo es mio y el mio tuyo, o que hay uno que es sólo de los dos. Se hacía de noche y corría ese vientecito fresco que baja a esa hora por acá, era un sueño perfecto, estabas tu y estaba yo, y... el... ¿pasto? ¿cemento? no importa, no importaba... y no va a importar nunca, porque cuando desperté seguías allí, y tenías la misma cara y tu misma boca, te besé para que despertaras, despertaste y me lo devolviste, me llamaste "mi amor" y yo me reí... me reí porque lo que más me gusta de este lado del espejo es escuchar tus mensajes secretos, que con sueño no los haces pasar así, pero que normalmente dices como si no fueran nada, lo haces así porque te daría verguenza hacerlo un poco más ceremonioso, y porque no es un ritual, si no algo que te sale de repente y en ese de repente, justo estoy allí. La gente tiene razón, la realidad supera la ficcion, y tus besos saben mejor en persona que en mis sueños.